Aquello me pareció maravilloso: ¡un grupo de chicos de 5º de primaria "dialogando" sobre los Premios Nobel! Sin embargo, tenían muchas dudas y aportaban informaciones poco afinadas e inconexas. Así que se me ocurrió proponerles que formaran grupos para investigar sobre ello.
El resultado fue muy grato puesto que en cuanto se pusieron a investigar un poco, ellos mismos decidieron establecer unos puntos que debían de cumplir para elaborar un mural sobre los premios como, por ejemplo, que figurara qué eran, quién los propuso, algunos ganadores celebres y el motivo y, dentro de ellos, algunos españoles, Una sesiones después, algunas alumnas viendo que la mayoría de ellos eran hombres, propusieron añadir una cuota de mujeres premiadas y, aunque resultó algo polémico, argumentaron su idea y, finalmente, fue aceptada.
Los murales consiguieron una calidad notable y se expusieron primero en las ventanas del aula -en aquel momento estábamos en barracones- por lo que eran "visitables" al inicio y final de la jornada escolar y el resto de alumnos también aprovechaban los patios. Unas semanas después, concientes los alumnos del interés que habían despertado sus trabajos, aún sabiendo de que ello comportaría un deterio importante, decidieron pegarlos a la pared exterior del barracón para que pudieran contemplarse mejor.
De esto hace hoy casi diez años y los chavales que participaron en esta experiencia, todavía me la recuerdan cuando me los encuentro por el pueblo.